¿Cómo proteger su infraestructura tecnológica durante un sismo? Estrategias probadas para empresas peruanas

Publicado el: 29 de Abril del 2025

¿Cómo proteger su infraestructura tecnológica durante un sismo? Estrategias probadas para empresas peruanas
Perú, ubicado en una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta, el Cinturón de Fuego del Pacífico, enfrenta un desafío constante para garantizar la continuidad operativa de su infraestructura tecnológica. Con una historia reciente que incluye eventos sísmicos significativos como los terremotos de Pisco (2007, 8.0 Mw) y Lomas (2018, 7.1 Mw), las organizaciones peruanas han desarrollado estrategias específicas para proteger sus activos tecnológicos críticos. Implementar soluciones antisísmicas adecuadas no es solo una medida preventiva; constituye un componente fundamental en la estrategia de continuidad de negocio de cualquier empresa que opere en territorio peruano.

Evaluación de riesgos sísmicos: El primer paso hacia la protección efectiva

Antes de implementar cualquier solución antisísmica, es fundamental realizar una evaluación integral de riesgos específica para la infraestructura tecnológica. Este proceso debe comenzar con un análisis de microzonificación sísmica del área donde se ubican las instalaciones, considerando factores geológicos locales como tipo de suelo, proximidad a fallas geológicas activas y comportamiento dinámico del terreno. En Lima, por ejemplo, existen marcadas diferencias en la respuesta sísmica entre distritos como La Molina (suelos blandos con amplificación de ondas sísmicas) y San Isidro (suelos más estables), lo que demanda estrategias de mitigación específicas para cada ubicación.

La evaluación debe incluir también un análisis estructural del edificio que aloja los equipos tecnológicos, identificando vulnerabilidades arquitectónicas como irregularidades en altura o planta, problemas de columna corta o potenciales puntos de resonancia. Igualmente crucial es el inventario detallado de activos tecnológicos, clasificándolos según su criticidad operativa, vulnerabilidad física y ubicación dentro de la instalación. Esta jerarquización permitirá priorizar las inversiones en protección antisísmica, enfocando los recursos en los componentes que representan mayor riesgo para la continuidad del negocio.

Sistemas de aislamiento y amortiguación: Protección física fundamental

Los sistemas de aislamiento sísmico representan la primera línea de defensa para equipamiento tecnológico crítico. Las plataformas de aislamiento sísmico de base, que incorporan elastómeros de alto rendimiento o sistemas de péndulo friccionante, pueden reducir las aceleraciones transmitidas a los equipos hasta en un 80-90% durante eventos sísmicos severos. Para centros de datos completos, la implementación de sistemas de aislamiento basal bajo la losa de soporte puede representar una inversión significativa pero justificada para instalaciones TIER III o TIER IV que requieren disponibilidad superior al 99.98%.

Para equipos individuales o racks específicos, existen soluciones modulares como plataformas antisísmicas con amortiguadores viscoelásticos o de fricción controlada, diseñadas para instalarse directamente bajo gabinetes estándar de 19 pulgadas. Estos sistemas mitigan efectivamente las vibraciones horizontales, las más destructivas durante un sismo, y son particularmente recomendables para servidores críticos, sistemas de almacenamiento SAN/NAS y equipamiento de telecomunicaciones de alto valor. Complementariamente, los sistemas de fijación y anclaje reforzados, diseñados según norma GR-63-CORE Zona 4 (la más exigente), aseguran que los equipos permanezcan fijos a sus bases incluso durante movimientos telúricos severos.

Infraestructura eléctrica resiliente: Garantizando la continuidad energética

La experiencia histórica en terremotos peruanos demuestra que el suministro eléctrico comercial suele ser uno de los primeros servicios en interrumpirse, con cortes que pueden extenderse desde horas hasta semanas en zonas severamente afectadas. Una estrategia antisísmica integral debe incluir soluciones de respaldo eléctrico dimensionadas no solo para interrupciones breves sino para escenarios prolongados de emergencia. Los sistemas UPS modernos con topología de doble conversión y baterías de litio-ion ofrecen mayor densidad energética y resistencia estructural comparados con las baterías tradicionales de plomo-ácido, un factor relevante en entornos sísmicos.

Para autonomías extendidas, los grupos electrógenos deben instalarse sobre bases antisísmicas independientes, con diseños que contemplen tanques de combustible reforzados, tuberías flexibles en uniones críticas y sistemas automáticos de corte de combustible que se activen ante detección de fugas. Los tableros de transferencia automática (ATS) deben incorporar elementos antisísmicos como conexiones flexibles para barras conductoras y sistemas de sujeción reforzados para componentes internos. Una tendencia creciente en instalaciones críticas peruanas es la implementación de arquitecturas eléctricas en cascada (Tier+Tier), donde cada nivel de distribución cuenta con sus propios mecanismos de protección sísmica, evitando puntos únicos de fallo.

Telecomunicaciones redundantes y geográficamente distribuidas

Las redes de telecomunicaciones son particularmente vulnerables durante eventos sísmicos, con daños potenciales en infraestructura física como torres, postes y canalizaciones subterráneas. Una estrategia efectiva de resiliencia debe contemplar diversidad de proveedores, tecnologías y rutas físicas para enlaces críticos. El diseño ideal implementa redundancia N+N (duplicación completa) para conexiones WAN estratégicas, utilizando diferentes medios físicos (fibra óptica, microondas, enlaces satelitales) y asegurando que las rutas de entrada al edificio sigan caminos geográficamente separados.

La implementación de arquitecturas distribuidas mediante centros de datos espejo, idealmente ubicados en diferentes zonas sísmicas del país, constituye la estrategia más robusta para organizaciones con requerimientos de disponibilidad extrema. La replicación síncrona o asíncrona entre estos sitios, dependiendo de los objetivos de punto y tiempo de recuperación (RPO/RTO), asegura la continuidad operativa incluso ante la pérdida completa de un sitio. Las empresas peruanas están adoptando crecientemente modelos híbridos que combinan infraestructura on-premise con servicios cloud para aplicaciones críticas, creando ecosistemas tecnológicos naturalmente distribuidos con mayor resiliencia ante eventos sísmicos localizados.

Sistemas de detección y respuesta automatizada: Reacción inteligente ante emergencias

Los sistemas de detección sísmica temprana representan un componente crucial para la protección proactiva de infraestructura tecnológica. Los acelerómetros triaxiales de alta precisión, instalados estratégicamente en diferentes niveles del edificio, pueden detectar las ondas P (primarias) segundos antes de la llegada de las destructivas ondas S (secundarias). Esta detección precoz, aunque breve, permite activar protocolos automatizados de protección como:
  • Transición ordenada de servidores críticos a modo de hibernación protegida
  • Finalización controlada de procesos de escritura en sistemas de almacenamiento
  • Activación de mecanismos de bloqueo mecánico en unidades de movimiento (brazos robóticos, cabezales de impresión industrial)
  • Cierre de válvulas en sistemas de refrigeración por líquido
  • Activación de barreras físicas de protección para equipos sensibles

Estos sistemas de respuesta automatizada deben diseñarse bajo principios de "seguridad ante falla", garantizando que cualquier mal funcionamiento del sistema de detección no genere respuestas inapropiadas durante operación normal. La integración con sistemas BMS (Building Management System) y DCIM (Data Center Infrastructure Management) permite una orquestación centralizada de las respuestas a emergencias, optimizando la protección de activos críticos y facilitando la recuperación post-evento.

Protocolos operativos y capital humano: El factor humano en la resiliencia

Incluso las soluciones antisísmicas más avanzadas resultarán insuficientes sin protocolos operativos adecuados y personal capacitado para ejecutarlos. Las organizaciones deben desarrollar procedimientos específicos para diferentes escenarios sísmicos, desde temblores moderados hasta terremotos severos, con roles y responsabilidades claramente definidos. Estos protocolos deben incluir procedimientos para evaluación rápida de daños en infraestructura tecnológica, secuencias de recuperación priorizadas según criticidad operativa y canales de comunicación alternativos cuando los medios convencionales no estén disponibles.

El factor humano constituye uno de los elementos más adaptables y resilientes durante emergencias, siempre que cuente con la capacitación adecuada. Los programas de entrenamiento deben incluir no solo respuestas inmediatas durante el evento sísmico, sino también formación técnica especializada para evaluación estructural básica, identificación de riesgos eléctricos post-sismo y procedimientos de recuperación manual para sistemas críticos. La realización periódica de simulacros que incorporen escenarios tecnológicos complejos, más allá de las evacuaciones básicas, fortalece la capacidad de respuesta organizacional ante eventos reales.

Planificación económica y estrategias de inversión en protección antisísmica

La implementación de soluciones antisísmicas para infraestructura tecnológica representa una inversión significativa que debe justificarse mediante análisis de costo-beneficio fundamentados en la valoración real del riesgo. Las organizaciones peruanas están adoptando metodologías de cuantificación de riesgo que combinan la probabilidad estadística de eventos sísmicos con el impacto financiero potencial de interrupciones operativas. Este enfoque permite priorizar inversiones en protección según el valor de los activos y su criticidad operativa.

Una estrategia financiera prudente debe considerar no solo la implementación inicial de medidas antisísmicas sino también su mantenimiento a largo plazo. Los sistemas de protección antisísmica deben someterse a inspecciones periódicas certificadas, especialmente después de movimientos telúricos significativos, para verificar que mantienen sus propiedades de aislamiento y amortiguación. El presupuesto debe contemplar también la actualización progresiva de estos sistemas conforme avanza la tecnología y evolucionan los estándares internacionales de protección.

Conclusión: Resiliencia sísmica como ventaja competitiva

Para las organizaciones que operan en Perú, la implementación de estrategias antisísmicas robustas para su infraestructura tecnológica no debe considerarse meramente como un costo obligatorio sino como una inversión estratégica que puede convertirse en ventaja competitiva. La capacidad demostrada para mantener operaciones continuas durante y después de eventos sísmicos genera confianza en clientes, proveedores y otros stakeholders, posicionando favorablemente a la organización en un mercado donde la disponibilidad de servicios críticos se valora cada vez más.

La experiencia acumulada durante eventos sísmicos significativos en las últimas décadas ha demostrado que las organizaciones con estrategias antisísmicas integrales para su infraestructura tecnológica no solo experimentan menos interrupciones sino que también se recuperan más rápidamente, capitalizando oportunidades durante períodos en que competidores menos preparados permanecen inoperativos. En un país donde la actividad sísmica es una constante, la resiliencia tecnológica constituye un activo estratégico de incalculable valor, protegiendo no solo equipamiento físico sino la continuidad misma del negocio.